terça-feira, 7 de junho de 2016

JAIME GARCÍA MAFFLA | Informe de Omar Castillo


La experimentación con el lenguaje forma hoy parte no sólo de la expresión sino de la experiencia poética, del enfrentarse al lector tanto por el tema como por las figuras estilísticas: ordenación de la frase o descomposición del verso, disolución de la sintaxis, etc. El poema no corresponde ya al concepto tradicional de poesía, no responde al sentimiento ayer calificado de poético. Esto, a propósito de un libro: Informe.
Informe, de Omar Castillo, es, sin duda, un libro que detiene al lector, como una voz de alarma, como un expediente, como una reacción o un rechazo frente a algo o de algo. Aludamos, primero, a la edición, que lleva el sello de Otras palabras, de Medellín, fechado en 1987, provoca­doramente simple, luego hermosa (y tal vez quisiera ser hermética). Una fotografía y unas palabras liminares de Amílcar Osorio acercarían al autor a un nadaísmo que se empeña en vivir cuando la vida y la sensibilidad de la época lo han dejado atrás. En la historia de nuestros movimientos poéticos, ser nadaísta hoy (y justamente por lo que un día significó) es carecer de elemental lucidez. Acompaña también la edición un envío firmado por Luis Iván Bedoya, una bibliografía (como se usó en ciertos poemas sajones de comienzos de siglo) y una nota biográfica. Todo ello al lado de unas pocas páginas, tal vez  quince, que entregan el poema fragmentado en 11 partes.
Es el volumen octavo de la aludida colección de versos, y en la presentación dice: “El Informe de Omar Castillo se desliza fríamente sobre la superficie de las cosas. La obstinación de su mirada extraña enteramente, la ilusión de referencias más allá o más acá de las cosas “primarias” que violentan una existencia suspendida en el abismo de la ciudad”. En estas líneas hay dos palabras explicativas: frialdad y abismo, que hablan de la actitud del poeta y del estado del espíritu al crear o componer.
Entonces, dos apuntes primeros: los temas y el lenguaje. En cuanto a lo primero, es un libro vuelto hacia el absurdo de las calles, a la destrucción de la vida en la selva de cemento y cristal, a las naturalezas muertas (como en la ilustración), a la áspera experiencia del caos y del dolor: “La condición de estos textos se transmite directa y desnu­damente, como una estrategia de expansión o realización en varias formas del puro —añade la “presentación”— y simple título: Informe”.
Y en cuanto a lo segundo, el laconismo, no la alusión sino el eludir. Los versos apenas enuncian, describen, valiéndose del recurso de la sucesión o superposición de imágenes:

“Escultura arrojada en hierro y concreto
 deteriorando
Nombres y direcciones inscritos afanosamente
A punta de navajazos inexpertos y endebles

Transcurre
El taxi la avenida
Edificio pierde pisos en su retrovisor
Incompleto
Vira dejándole intacto”

Son los objetos vacíos, los seres cotidianos, los actos anodinos, los sucesos sórdicos a fuer de ser triviales. El poema increpa y abandona a un mismo tiempo, denuncia y olvida o entrega y rechaza invariablemente bajo un signo doloroso:

“Monedas ponen en funcionamiento la máquina
Si se es experto oprimiendo
Los objetivos son derribados vistos
En la pantalla
De lo contrario se repite la acción

Agotar la moneda
Si se quiere repetir hasta alcanzar
Objetivos que vistos y
Si se quiere ser experto
Espichando saltarán en fragmentos

Y vuelva que ha ganado
El derecho a repetir
Una y otra vez
Como si el casete no se agotara
Dejando el índice suspendido en la explosión”

Esta máquina, que bien puede estar en Madrid o en Bogotá, es una gran parábola o una gran metáfora de la vida que se ha entregado a la inexistencia, que se hace vida en cuanto deja de lado la vida acusándola pero sin enjuiciarla, pues se carece de fuerza para ello. Aunque, por supuesto, según la forma casi jeroglífica de la composición, también hay alusiones:

 “Al mismo tiempo

Vórtices

Diáspora

Usura geométrica

Tejados

Oficina de correos

Aire acondicionado

Salario mínimo”







Las vanguardias llegaron al letrismo, y la disolución del poema llegó hasta el silencio, en la idea de un poema pulverizado que acaba también con la mirada que contempla (pues termina contemplándose así misma sin dirección ninguna) y el objeto de contemplación. Aunque, diríase, que los poemas como necesitados buscan no un lector que los lea sino que averigüe quién es el que los ha escrito. Imaginamos, en el caso de alguna tradición, que algo hay de Trilce o de la conocida antipoesía, que resulta, esta última, un escondite ante el olvido de lo que es composición. ¿Será así y, en lugar de ella, se echa mano de lo que llamaríase una invención?  No se puede saber, aunque se nos asegura que: “Todo el libro está construido como un sólido reporte en el cual cada parte es una cuidada pieza de una “máquina” polifónica, en la que se ignoran o se borran irónicamente, todas las señales de la repetida e insoportable cacofonía de la interioridad”. Esta afirmación es, obviamente, incomprensible, y justamente por ser interior. Nada dentro y nada afuera, diríamos, concluyendo.
Pero hay datos que valen; Omar Castillo nació en 1958, en Medellín, y lo persiguen algunos lebreles o libros: Garra de gorrión, de 1980; Fundación y rupturas, de 1985; Relatos del mundo o la mariposa incendiada, de 1985; Limaduras del sol, con el sorprendente añadido de dos ediciones, en 1983 y 1986. Los “informes”, por ley, son escuetos, y ocultan más de lo que dicen o dicen sólo lo que no puede ocultarse. Vendría este informe de la tradición clásica del hombre dividido (clásica dentro de la modernidad), la de los hombres huecos, contra quienes se ha vuelto todo cuanto de sus manos ha salido y para quienes el paisaje trazado por su propio corazón es una fantasmagoría que toca en el delirio.
Pero la validez de la expresión está en su necesidad, e inevitablemente viene a mi memoria aquel acto de Luis Cernuda, cuando no llevó al libro algunos de sus primeros poemas por calificarlos de “ingeniosos”.

*****

Jaime García Maffla (Colombia, 1944). Poeta y ensayista. Cofundador, en 1972, de la revista de poesía Golpe de Dados, junto con Mario Rivero, Giovanni Quessep y Fernando Charry Lara. En 1997 recibió el Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia por su libro Vive si puedes. Ha sido coordinador de talleres de la Casa de Poesía Silva y profesor de posgrados en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana y del Instituto Caro y Cuervo, en Bogotá. Actualmente desarrolla su seminario privado ‘Vida y Poesía’ y lleva el blog http://vocesdelvigia.blogspot.com/. En Boletín Cultural y Bibliográfico Banco de la República, Bogotá, volumen XXVI, número 19, 1989.



*****

Organização a cargo de Floriano Martins © 2016 ARC Edições
Artista convidado | Guillermo Wiedemann (Colômbia, 1905-1969)
Imagens © Acervo Resto do Mundo
Esta edição integra o projeto de séries especiais da Agulha Revista de Cultura, assim estruturado:

1 PRIMEIRA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO SURREALISMO, I
3 O RIO DA MEMÓRIA, I
4 VANGUARDAS NO SÉCULO XX
5 VOZES POÉTICAS
6 PROJETO EDITORIAL BANDA HISPÂNICA
7 VIAGENS DO SURREALISMO, II
8 O RIO DA MEMÓRIA, II
9 SEGUNDA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)

Agulha Revista de Cultura teve em sua primeira fase a coordenação editorial de Floriano Martins e Claudio Willer, tendo sido hospedada no portal Jornal de Poesia. No biênio 2010-2011 restringiu seu ambiente ao mundo de língua espanhola, sob o título de Agulha Hispânica, sob a coordenação editorial apenas de Floriano Martins. Desde 2012 retoma seu projeto original, desta vez sob a coordenação editorial de Floriano Martins e Márcio Simões.

Visite a nossa loja







Nenhum comentário:

Postar um comentário