quinta-feira, 23 de junho de 2016

GRACIELA ALETTA DE SYLVAS | Eduardo Mosches y el Lenguaje de la Memoria


Invitado por la agrupación “Cuando el Río Suena” –sus integrantes: Graciela Aletta de Sylvas, Gloria Lenardón, Alejandra Mendez, Marta Ortiz, Jorgelina Paladini, Ana Russo, Antonia Taleti y Mariana Vacs–, Eduardo Mosches viajó a Rosario, para presentar su libro de poesía  Avatares de la Memoria editado por la Universidad Nacional de México: UNAM, 2010, en la sala de la Librería Ross en el mes de octubre.
Parece innecesario señalar que una Antología poética que sigue el itinerario de una selección personal, con  poemas escritos entre 1979 y 2006 titulada Avatares de la memoria  refiera a la Memoria. Cabe preguntarnos entonces en qué consiste dicha Memoria para Eduardo Mosches y cómo encuentra su expresión en la palabra poética.

Ponerse frente al espejo del pasado / restregar levemente las imágenes /desvanecidas/ soplar el polvillo que las cubre /recrearlas nuevamente /hacerlas brillar con luz propia./ Es una labor implacable /  reencontrarse / con el otro / con ese otro que es  uno” (p.28)

El proceso de construcción de la Memoria se relaciona con la identidad y conduce a tomar distancia, si eso fuera posible, para mirarse como un otro. Esta tarea de  remontar las aguas del tiempo se caracteriza por ser  siempre anacrónica porque en última instancia constituye un revelador del presente del yo. Así lo considera Paul Ricoeur para quien la memoria del pasado se realiza siempre desde un presente, se activa desde un hoy, lo que no solo define la identidad personal sino la continuidad del sí mismo en el tiempo. No existe el pasado, solo una escritura en tiempos de verbos pretéritos  que tienen sus raíces en el momento actual.
Por eso leemos  en esta publicación, el recuerdo entendido como proceso psíquico que recupera las instancias de otros tiempos y nutre la memoria que configura la historia personal en un primer acercamiento a su niñez y juventud teñido con una “luz opaca de reminiscencia”. Este pasado urde una trama de relaciones con el presente, sin las cuales, este presente sería, a criterio de Villoro, incomprensible, gratuito y sin sentido.  En esta etapa: “El olor a memoria permanece / en el fondo de las mareas/ surge tranquilo en esta orilla/…..”, expresa en Susurros de la Memoria, II, 2006. A veces “la piel sonríe gozoza” ante la evocación del contacto de otra piel. Sin embargo existen momentos en que la sombra del tiempo y de tánatos cruza los versos en los que el poeta se pregunta hoy: ¿“Qué será de los recuerdos cuando ya no tengan donde encontrar abrigo?” Estos recuerdos nutren la memoria que configura la historia personal.
Esta memoria individual parece inseparable de la colectiva y de la recuperación de un pasado histórico con sus diferentes temporalidades en juego. Halbwachs, el primer teórico de la sociología de la Memoria, plantea que los recuerdos individuales no se producen de manera personal, sino que se ubican dentro de un marco social que les da sentido. Por eso toda memoria, aun la más personal y privada, es constitutivamente social  y por lo tanto, plural. La interrogación sobre el pasado es siempre activa, construida en diálogo e interacción. Este enfoque es el que apreciamos, a nuestro criterio,  en la poesía de Eduardo Mosches. Un pasado que ha dejado de ser algo inmutable, no solo sujeto a la apropiación de la vida individual, sino comprendido como el resultado de una dinámica política y socio-cultural. La partida del país de origen, la Argentina, los años vividos en un kibutz en Israel, la  presencia activa del sufrimiento de las víctimas del Holocausto, la guerra árabe-israelí.
Bajo el título “Los tiempos mezquinos” (1992) incluye una poesía homónima en la que recuerda: “En este lugar / golpeé mis manos /  contra la tierra / abrí sus costillas / sembré futura cosecha. Transpirando / me senté a conversar con la sombra/ mientras el deseo de libertad / se enredaba / en nudos judaicos” (p.27). A este poema del cual solo cito el comienzo, siguen 18 poemas titulados “Las palabras” porque ellas son las hacedoras y testigos de la memoria,  las que operan la magia del poema fabricando los recursos de las metáforas y metonimias y otras imágenes que actualizan recuerdos dolorosos: “Las cifras se transforman / en nada / tantos ceros y un seis / modelan un solo puro asombro / su carga de pieles. / Las apilamos en el conocimiento / como camisas almidonadas.”   “ Subirse a un autobús / en alguna esquina / de Israel / hace posible rozar / rozarse / con el cordón umbilical / de los alambres de púas./ Enfurecerse con Treblinka  / es un hecho tan claro / como una profunda espina / clavada en el talón.” (p.34) 






 Pero no es solo Treblinka lo que le duele a Mosches, sino también otros genocidios como el de Kosovo, Trelew, Auschwitz. Pero el poeta se siente defraudado por sus hermanos porque los discursos de la igualdad socialista, imagen del kibutz, se desmigajan con tristeza ante la blanca aldea árabe. Por esta razón, el pliegue metafórico del poema señala la existencia de llaves tristes que han perdido su puertas y esta situación iguala a los judíos de Toledo, Salónica o Berlín, con los árabes de Haifa, Tul Karem o toda Palestina. Se respira el olor a guerra, aviones y bombas que acompañan el incienso y el yo poético, cansado de gemir cada noche, baña de lágrimas el lecho, la memoria se hunde en el fango. Solo el amor y el sexo permiten el olvido momentáneo porque ese yo, convertido en nosotros, se erige en “guardianes de la memoria”.
Eduardo Mosches con la ductilidad que le dan sus múltiples patrias, Argentina, Israel, México, escribe, estos poemas en los que asume la tarea de   “un vidriero loco que está haciendo ventanas con caminos”, conjuga visión subjetiva y posición ideológica,   abre las puertas a la creatividad, al juego  del lenguaje pero también al disenso, desde el cual, como decía Walter Benjamin, cepilla la historia a contrapelo.



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Organização a cargo de Floriano Martins © 2016 ARC Edições
Artista convidado | Arturo Rivera (México, 1945)
Imagens © Acervo Resto do Mundo
Esta edição integra o projeto de séries especiais da Agulha Revista de Cultura, assim estruturado:

1 PRIMEIRA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO SURREALISMO, I
3 O RIO DA MEMÓRIA, I
4 VANGUARDAS NO SÉCULO XX
5 VOZES POÉTICAS
6 PROJETO EDITORIAL BANDA HISPÂNICA
7 VIAGENS DO SURREALISMO, II
8 O RIO DA MEMÓRIA, II
9 SEGUNDA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
10 AGULHA HISPÂNICA (2010-2011)

Agulha Revista de Cultura teve em sua primeira fase a coordenação editorial de Floriano Martins e Claudio Willer, tendo sido hospedada no portal Jornal de Poesia. No biênio 2010-2011 restringiu seu ambiente ao mundo de língua espanhola, sob o título de Agulha Hispânica, sob a coordenação editorial apenas de Floriano Martins. Desde 2012 retoma seu projeto original, desta vez sob a coordenação editorial de Floriano Martins e Márcio Simões.

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