quarta-feira, 29 de junho de 2016

FÉLIX ÁNGEL | Ecos desde afuera: los griegos, en Washington


Una de las exposiciones singulares que actualmente se llevan a cabo este verano en Washington es “Los Griegos: de Agamenón a Alejandro El Grande – 5.000 años de cultura griega”, en el museo de la National Geographic Society.  Hasta el 10 de Octubre pueden apreciarse cerca  de quinientos objetos que dan fe del nacimiento y evolución de una cultura que dio origen en gran parte a la mentalidad occidental, perdurando por más de 2.000 años.  La capital norteamericana es la única escala de la exposición en la costa este de los Estados Unidos.
Tenía planeado desde la semana pasada visitarla este último domingo, luego del almuerzo, y efectivamente lo hice.
Llegué al lugar, en el centro de Washington sobre la calle 17 entre L y M. Al entrar las galerías estaban prácticamente vacías, pero en un abrir y cerrar de ojos comenzaron a llenarse con toda clase de gentes, incluyendo algunos chiquillos que se trepaban encima de la vitrinas como si fuera un parque de diversiones. Por ello me di cuenta que están construidas a prueba de terremotos. Los papás muy indolentes permitían toda clase de impertinencias, muy campantes. Observar el comportamiento de padres e hijos me produjo el temor de que la educación no tiene futuro.
Los padres de familia probablemente esperaban algo ligero para entretener sus hijos. Quizá fue la impresión que les produjo la réplica en madera del Caballo de Troya, levantada afuera sobre los jardines de la calle M. Adentro en la exposición una zona ofrecía oportunidades didácticas pero se ve que resultó poco atractiva porque los chiquillos y sus progenitores rápidamente desaparecieron.
Me concentré en la muestra. Cuatro horas tomó el recorrerla en detalle, leyendo cada texto y mirando con atención los videos complementarios, la mayoría cortos. Terminé justo al momento de cerrar, 6 p.m.





La curaduría enfocada antropológicamente me pareció estupenda.  Es una especie de curso relámpago en cultura griega, con excelentes ejemplos para ilustrar los puntos importantes de la transformación desde el comienzo de la civilización en los focos de comercio agrupados en las islas centrales del mar Egeo durante el Neolítico, hasta Alejandro el Grande, pasando por todo……todo lo importante.
La museografía con algunas, muy pocas replicas introducidas para explicar algunos procesos, divididas en varios periodos, seis o siete si mal no recuerdo es impecable. La sección dedicada al período clásico y la hegemonía de Atenas permiten deducir que en lo humano, mientras los griegos avanzaron notablemente, después de ellos no hemos progresado mucho que digamos. El hombre, al contrario, sigue debatiéndose entre sus intereses creados e incongruencias, así haya evolucionado en lo tecnológico. No por ello las otras secciones tienen menos interés. Desde un comienzo, las tallas en mármol, y las decoraciones en arcilla de los periodos Neolítico y Cicládico permiten deducir la tremenda capacidad de síntesis y poder expresivo de los creadores, así como los utensilios de uso doméstico y funerario  de las cultura Minoica y Micénica en Creta y vecindades. Cinco mil años después Constantin Brancusi no parece, de pronto, tan moderno.
Varios Kouroi (en ambas versiones, masculino y femenina) abren la sección dedicada al período arcaico. Posiblemente inspiradas respectivamente en Apolo y Atenea, el simbolismo de estas pubescentes figuras de singular belleza y plácida sonrisa concilia ideales de perfección física y probidad espiritual durante la transición a la adultez. Kouros significa “joven de noble rango”
La exposición constituye una gran lección que le da sentido a muchas de nuestras tradiciones occidentales, aunque la democracia ateniense no era perfecta (permitía la esclavitud, y las mujeres no tenía derechos, por ejemplo). El concepto de que el individuo tiene que ganarse el derecho de ciudadanía con su comportamiento democrático  -- cívico, ético y religioso--  es revolucionario para su momento; encierra un principio de organización basado en valores sociales inalienables, tremendamente racional. Lástima que hoy día ese principio este tan maltrecho. La gente hoy no lucha por ganarse nada, todo lo que quiere regalado, y a eso lo llaman derechos, pero no quiere oír hablar de obligaciones.
Otro ejemplo es el Kleroterion  o Máquina de Selección de Jurados, que ejemplifica el culto a la imparcialidad y el respeto por la justicia. 
La “Ley contra la tiranía” que los atenienses emitieron en el año 336 BC, al comienzo de la unificación griega luego de ser derrotados por Felipe II de Macedonia es un documento de una lucidez contundente. Inscrita en mármol con un relieve que ilustra a la Democracia coronando al pueblo (Demos), habla de la prohibición de complotar contra las libertades y deberes del individuo, y las garantías que cobijan a todo aquel que por protegerlos incurra en la muerte de los tiranos.
Me parece que es algo que nuestros guerrilleros de izquierda, o Maduro, o Evo Morales, Rafael Correa y “Somocita Ortega” no saben o no les interesa entender.
La imaginación es lo único que permite la visión del cielo a plena luz del día, obscurecido por nubarrones de flechas persas descendiendo sobre Leonidas y sus trescientos espartanos (y otros mil soldados entre tebanos y tespianos) defendiendo  en 480 BC el paso de Termopilas, durante el segundo intento de invasión persa al mando del emperador Jerjes, en venganza por la derrota infringida diez años antes a su padre, Darío I, en Maratón. Una sombría instalación con docenas de esas flechas, encontradas en el lugar de la batalla permiten evocar el valeroso, trágico incidente. Pero es obvio que la razón claramente da a entender que la ambición humana, que no se detiene ni satisface con atropellar a los demás para lograr su objetivos requiere, además de arrogancia, fuerza y violencia, de un traidor.  También pone en evidencia que la unión invocada en tiempos de crisis (y vapuleada en otras circunstancias, como hace poco sucedió con el Brexit), es capaz, con determinación, de superar escollos cuando la desventaja en recursos hace predecible la derrota, como ilustra la subsecuente victoria de la flota griega en Salamina.
La primera Olimpiada se estima que fue celebrada por primera vez en el año 776 BC en honor al Dios Zeus, en Olimpia, península del Peloponeso, sur de Grecia. Los juegos cuatrienales se convirtieron en una tradición de siglos suspendida por mil quinientos años luego de la invasión romana alrededor del año 100 BC, revivida en 1896 en Atenas, perdurable hasta nuestros días. La tradición cuenta que fueron establecidos por Heracles (Hércules). Las ciudades-estados acordaban suspender sus hostilidades durante la celebración de los juegos, y los ganadores era premiados y considerados héroes, muy similar a lo ocurre hoy día. Pero asimismo había juegos regionales, y en Atenas, por ejemplo, las competencias deportivas iban la par de otras intelectuales y artísticas.
El folleto que acompaña la exposición incluye algo llamativo: las referencias que reflejan la mutación del estilo griego (dórico, jónico y acanto), y su versión romana sobre muchos edificios emblemáticos de la ciudad (ilustrados en el folleto), dado que la ciudad de Washington fue diseñada con los principios del urbanismo y arquitectura neoclásicos. Jefferson era un admirador de Grecia y Roma, y en consecuencia existen muchos edificios que, construidos luego de la independencia norteamericana reflejan el estilo de Andrea Paladio, desde el Capitolio hasta la Casa Blanca.
Es una exposición que da pie para una larga conversación con buenos amigos, excelente comida griega y vino (este de pronto es mejor que sea francés, chileno o argentino), aunque para mirarla es mejor ir solo;  de otra forma, no terminaría uno nunca de visitarla por completo.



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FÉLIX ÁNGEL (Colombia, 1949). Artista, arquitecto, curador, escritor, y gestor cultural. Vive en Washington DC, hace cuarenta años. Cuenta con más de cien exposiciones individuales y cuatrocientas colectivas, ferias, y bienales en las Américas y Europa. Ha publicado ocho libros y realizado nueve obras murales (públicas) en Colombia. Ha recibido numerosos reconocimientos incluyendo el premio por "Liderazgo visionario de las artes" de la Ciudad de Washington.  Visite: www.felixangel.com. Contacto: felixalbertoangel@gmail.com. Félix Ángel es el artista convidado de esta edición de ARC.

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Agulha Revista de Cultura
Fase II | Número 18 | Julho de 2016
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