quinta-feira, 23 de junho de 2016

EDUARDO MOSCHES | Entrevista con Al-Mutawakel Taha, un poeta palestino en Ramalah


Ha pasado cierto tiempo  desde que fue realizada esta entrevista. Tiempo que engloba la masacre en Gaza de 2008-2009,  el millar de personas a las que les arrebataron la vida, los niños que ya no podrán crecer, En estos días el gobierno israelí ha desatado otra matanza. Todo en nombre de la aparente seguridad de sus ciudadanos, los cuales,  realmente, poco  le importan.
El gobierno israelí, representante de la extrema derecha, ha lanzado hace una semana una brutal campaña electoral. Dentro de dos meses deben realizarse elecciones generales en Israel. Netanyahu y su cofradía de expansionistas confesos, han planificado concienzudamente los actos  que han llevado a la actual situación de muertes masivas. Realizan la acción de asesinar a un líder político- militar de Hamas, el cual había  participado en reuniones con representantes israelíes, con la intención de lograr algunos puntos de acuerdos. El asesinato dio como resultado lo esperado, la reacción violenta de grupo político palestino con la descarga de cohetes. La campaña electoral continúa.  Los ataques y bombardeos al territorio de Gaza han dado como resultado la matanza de más de cien personas, mayoritariamente civiles, de toda edad y género. Por otro lado, tres israelíes  fueron muertos. La excusa israelí es su derecho a la defensa. Hablando de un régimen,  que ha basado su política de expansión territorial desde 1967. La anexión, ya olvidada y legitimada, de las colinas del Golán, territorio sirio, que ha sido anexado por los israelíes, donde tienen excelentes viñedos, cuyos productos exportan. Asimismo,  la instalación en territorio palestino de centenares de poblaciones militarizadas, con casi un millón de colonos israelíes viviendo y subdividiendo ese territorio, que deberá ser la base de conformación del estado palestino. El ataque contra la población civil, encubierta en excusa del enfrentamiento a la resistencia  armada de Hamas,  los llamados terroristas, es la acción contra el mayor gheto creado, de más de un millón y medio de personas, por el propio estado israelí. Como potencia ocupante ha realizado una política de bloqueo y encierro de la población palestina, dando como resultado, una situación planificada de desnutrición permanente de la misma, básicamente niños. Ahora, la acción de masacre militar ha llevado a que un 84% de la población israelí apoye las acciones militares, tarea cumplida en la campaña electoral. El cinismo de los gobernantes israelíes es total, ahora exigen que para alcanzar una tregua, los palestinos deben erradicar totalmente  los ataques con cohetes. Si realmente pensaran en la protección de su propia población,  lograr la paz y la seguridad, las medidas a realizar, por su parte, sería  el desalojo inmediato de las colonias y sus colonos armados de territorio palestino, el regreso a las fronteras de 1967, como un acto primario de solución del problema histórico. Dolorosamente, lo que continúa son los bombardeos y las muertes. Pero, en esta campaña electoral, no todo es perfecto, también se han dado voces de israelíes que se han negado a participar en el ejército y madres que denuncian y se oponen radicalmente a estas acciones de matanzas como solución del problema. En estas voces se encuentra la esperanza de solución.
Ante esta brutal realidad, quiero presentar a los lectores la mirada de un poeta palestino, para ampliar  el universo de comprensión  de la dura realidad cotidiana, de la búsqueda de espacios de creación artística, inmersos en una atmósfera asfixiante, de pueblo sometido por una potencia militar, desde hace ya muchas décadas.
Todo inició una noche de verano en la Ciudad de México. Nos encontramos en un hotel de Reforma. Alrededor de la mesa estaban  Fawzi el Mashni, embajador de Palestina en México, Munjed Saleh, diplomático palestino, y el que esto escribe. Ahí quedé de encontrarme con el diplomático en Ramalah, para poder realizar una entrevista con un poeta palestino. Entre tragos de café hablamos de mi interés de acercarme a personas ligadas al ámbito de la cultura. Nos pasamos los correos electrónicos y nuestros  teléfonos, para  poder contactarme con él cuando llegase  a Jerusalén y hacer posible alguna entrevista.
Llegué a Jerusalén, entré por la Puerta de Yafo a la parte vieja de la ciudad. El Quods. Poca gente paseando por el colorido mercado. De ahí tomé un taxi a Ramalah, al llegar y  después de pasar el puesto de vigilancia militar israelí, un largo pasillo flanqueado por altas barreras de alambres, coronadas por púas, terminando en una especie de edificio de paredes de plástico, rotos en gran parte, ondeando al viento, ahí me encontré con la larga hilera de personas, divididas en dos filas, una para hombres, la otra para mujeres y niños. No había control militar ninguno para pasar, mas allá de un molinete de metal verdoso, que permitía un paso lento de la gente. Parece que eran días tranquilos, la retirada de Gaza se estaba realizando. Ahí, de espaldas el famoso muro , lleno de pintas contra su existencia en inglés,  árabe, hebreo y hasta en castellano. Tomé otro taxi; más barato,  la moneda de cambio es el shekel.
Como había quedado con Munjed, nos encontramos en la plaza Al Manara, frente al Arab Bank. En el círculo de la rotonda, había dos leones melenudos de piedra  y una especie de figura fálica, como de cuatro metros,  la cual representaba un faro, que da  nombre al lugar. Después de pasar unos 15 minutos, entre mirar mi rededor, tomando fotografías, (una a pedido de un grupo de jóvenes trabajadores) el movimiento de la gente era intenso, iban y venían, mujeres con  largas faldas y sus clásicos pañuelos oscuros en la cabeza, unas, y otras, con jeans y la cabeza descubierta. Los hombres entraban y salían del banco, otros tomaban café en la calle, que era vertido en unos vasos de cristal,  por unos vendedores vestidos con unos sombreros tipo turco, de color rojo  y desde una especie de termo grande, de metal. Llegó Munjed, con su sonrisa bonachona, su metro ochenta, la barriga refulgente y sus cabellos canos.
Nos dimos un abrazo y ya subí a su coche. De ahí nos dirigimos al lugar de la entrevista. La idea era encontrarnos con el secretario de la Asociación de poetas palestinos, Al Mutawakel  Taha. Encontramos un edificio de cuatro pisos  con un cartelón indicando en inglés y en árabe que ahí estaba la Asociación de poetas. Subimos al segundo piso, fotografías a color de diferentes escritores, presumí, unos libreros y escritorios, y entramos a la oficina del futuro entrevistado. Un escritorio grande, detrás del mismo, un hombre alto, de cabellos blancos con líneas oscuras, ojos verde de mirar directo e intenso. Munjed me presentó y ahí comenzó su tarea de traductor.
Antes de iniciar nos sirvieron café cargado en tazas chicas y vasos con agua.
No faltó ni té ni café a lo largo de la entrevista.

EM | ¿Me interesaría que  pudieras narrar,  como ha sido tu vida y la de tu familia a partir de la expulsión en 1948?

A-MT | Cuando la tragedia de los palestinos en 1948 se hizo realidad, la expulsión se llevó a cabo hacia diferentes rumbos, en variadas formas. Una parte de los mismos se encaminó hacia la franja de Gaza, que pertenecía a Egipto,  otra hacia lo que era Jordania y muchos hacia diferentes países del mundo árabe y el mundo. Hecho que provocó la formación de diversas y variadas culturas palestinas. Por eso cada palestino tiene sus referencias y su particularidad. Tanto a nivel artístico como en sus objetivos. Yo soy uno de los que permanecieron en Cisjordania. Yo tenía 9 años cuando se dio la guerra de 1967. Pude vivir en carne propia  y enfrentar la bota de los militares israelíes, que se mostraban frente a nuestros ojos. Por eso, esa conquista violenta hizo que nuestra infancia fuese ajena. Muchas preguntas nos asaltaban desde niños, nos sentíamos angustiados y fuimos obligados, desde tan pequeños, a interpretar, a entender la existencia de esta fuerza tan violenta que nos agredía.
Yo provengo de una familia, en la cual mi padre era también un poeta, y desde el momento que abrí los ojos, fue  para poder encontrar en mi casa una biblioteca muy grande; por tanto, se reunieron dos elementos: el externo, el cual me provocaba muchas preguntas y cuestionamientos  sobre la vida, y el factor interno, la familia,  que creó en mí el amor a la literatura, a la poesía, y  a la creatividad.

EM | ¿Qué has estudiado y en donde?

A-MT | Literatura árabe, después realicé mi maestría en Cisjordania y el doctorado en El Cairo. Después de mis estudios universitarios, y en el momento que había ampliado mis conocimientos, se me hizo claro que para mí era imperativo el acto de escribir.  A fines de los años 70, e inicios de los ochenta, descubrimos en nosotros a nuevos poetas, junto con un sentimiento de  obligación con el acto de escribir. Y fue el hecho de sentir esa obligación que nos encaminó con intensidad hacia la escritura. En aquel entonces padecíamos el hecho real de la inexistencia de escuelas artísticas, la gente, asimismo, sufría el hecho del bloqueo y la ocupación, que se expresaba en un control férreo, asfixiante, por parte de las fuerzas de ocupación, de todo lo que se expresara como cultura palestina, a través de las denominadas leyes de emergencia. Estaba prohibido escribir, publicar y exhibir e importar  libros. Por lo tanto, nos encontramos a nosotros mismos como flores salvajes. Estas flores salvajes descubrieron que estaban realizando un papel muy importante, un papel que colocaba a las fuerzas de ocupación en una situación crítica. Por eso, fuimos perseguidos cuando intentamos crear el núcleo que sería el inicio de la fundación de la asociación de escritores palestinos en los inicios de los años 80. Fue por eso que a inicios de la primera intimada en 1987 había en las cárceles israelíes 67 escritores palestinos, de un total de 137. Por ejemplo, yo estuve un año y medio en la cárcel y otro año y medio con arresto domiciliario. La cárcel fue una experiencia muy especial. Ahí descubrimos que nuestra poesía desempeña más de un papel. Es un factor de estímulo para enfrentar a la ocupación, fue como un arma en contra de la ocupación, fue como un historiador que narra todo lo que  estaba y está  pasando y asimismo, abre horizontes hacia la esperanza. En ese tiempo en la cárcel comenzamos a aprender idiomas y conocer la literatura de otros pueblos; además, se logró crear una red de infiltración en las cárceles de libros. Hemos escrito al interior de las prisiones, en los tiempos de la intifada, contra la violencia y la ocupación. Pero también cantamos por la paz justa y una vida digna, amorosa, para cada ser humano, en un ámbito de libertad y sin discriminación. Y seguimos escribiendo.

EM | La población palestina ha vivido la expulsión de 1948, el exilio posterior, y en 1967 la ocupación israelí. Dentro de este hecho, ¿cuál es el lugar que ocupa la memoria como hecho literario?

A-MT | Después de 1948 el pueblo palestino pasó la etapa, a la cual es posible denominar, como la de buscarse a sí mismo, para poder reagruparse e intentar hacer realidad su identidad nacional. Y encontrar el momento histórico, y así descubrió el factor de la resistencia y la revolución, que debía combatir en todos los frentes y así, hacer factible, con sus variados sentidos, la identidad nacional palestina. La búsqueda de  su libertad, de recuperar su territorio perdido, y explicar al mundo la injusticia que recayó en contra de los palestinos. Y posibilitar una contrainformación, para enfrentar la campaña mediática  que llevan a cabo las fuerzas de ocupación.

EM | Perdona, cuando pregunto memoria, es sobre aquello que hubo y hoy no existe: la casa perdida, la tierra que está pero no se puede arar, los abuelos que no se encuentran, ese hecho de la memoria, que es lo que constituye el presente de las personas.  

A-MT | Por supuesto la memoria y el entretejido formado por  sus  historias son múltiples. Yo recuerdo lo que me decía mi padre sobre la casa que  tuvieron en la actual Israel, (casa donde hoy viven judíos de Rusia) fue una casa amplia de piedra, rodeada con una huerta de árboles frutales, o como mi padre fue detenido de 1933 a 1939 en la cárcel de Acre, o del asesinato de sus tíos, en la aldea de Kibie, donde fueron brutalmente apuñalados.
Cuando mi padre hablaba de esos hechos no sabía por quien llorar. Si por su casa perdida, o por las naranjas que no podía recoger, ni oler o palpar,  si por sus tíos asesinados, si por la situación de hambre y penuria, si por sus primos que se encontraban dispersos en otros países. Mi padre, que falleció, nunca llegó a ver a sus primos. Nosotros estamos colmados de dolor. Por tanto, nosotros somos los primeros en desear la paz. Todo lo que escribimos está colmado por las sensaciones vertidas en nosotros con los instantes de  esta muerte lenta, por tanto, todo lo que escribimos está colmado de estas lágrimas.
Nosotros vemos la sangre y nos cuesta ver a las flores. Vemos las tragedias y nos cuesta muchísimo ver las bodas, las canciones. Vemos a los buldozers demoliendo las casas y no vemos la alegría de la construcción. Vemos a las barricadas y puestos de control, y a mujeres embarazadas dando a luz en esas barricadas, y no vemos vestidos de seda para los bebés. Podemos hablar 100 años seguidos y las desgracias no terminarán de ser narradas.

EM | En el ámbito literario palestino se encuentran las presencias reconocidas de escritores como Mahmud Darwish y Emile Habibi, que provienen de los palestinos que quedaron en Israel,¿ crees  que hay diferencias de conceptos, tema y estilos, con los escritores  formados en Cisjordania o en  otros países? Y si así es,¿ cuáles son?

A-MT | Sin duda. Yo dije anteriormente que después de la tragedia del 48 los palestinos se habían dispersado en diferentes zonas geográficas,  y por tanto, el poeta que crece en un escenario, como en Siria, es diferente al que tiene referencias culturales en Egipto. Pero hay un tipo de hilo de oro que une a toda la literatura palestina, esta sea donde sea, tiene el tema principal en la perdida de la patria y la necesidad de recuperarla y en la reafirmación de la identidad nacional. Pero los estilos literarios difieren de un lugar a otro. Incluso en el discurso político, donde hay muchos puntos comunes, pueden diferenciarse de acuerdo al país en donde hayan nacido.  Por ejemplo, en el discurso político de los refugiados palestinos el punto central es el regreso a Palestina, el discurso de los palestinos radicados en Israel tienen como tema principal la igualdad y el rechazo a la discriminación racial. El discurso poético en Cisjordania y la Franja de Gaza reafirma la liberación de la tierra, la permanencia en el lugar y el mejoramiento de las condiciones de vida. Pero todos hacen hincapié al derecho de los palestinos a la autodeterminación, a la construcción de un estado independiente, con Jerusalén como capital.

EM | Perdona, yo hablaba de literatura. Entiendo que los hechos de la opresión, la violencia de la ocupación militar, la expulsión de la tierra, es algo que está girando y asfixiando a cualquier persona, es lo que siente, pero pienso que una buena literatura, no puede ser solamente un discurso político. Lo político puede estar, pero como parte de ese entrelazado con la vida, pues diariamente uno ama, se tienen relaciones sensuales, hay sensaciones percibidas, se dan pequeños dramas y se reciben alegrías, mas allá, o conjuntamente con lo que acontece en la realidad política. ¿Cómo logran expresar literariamente esa casi totalidad?

A-MT | En la diferencia en el lenguaje, por supuesto en el estilo, en la imaginación y en la manera de exponer, narrar lo acontecido. El creador literario es un ser estratégico, soñador, y no está vinculado o asociado al ámbito de la balanza de fuerzas actual, y por tanto, es el guardián de los valores y conserva el espíritu de los derechos, y ama y respeta a los valores humanos absolutos. Por tanto, el escritor es un representante de la sociedad, y expresa a esta sociedad a su manera. Todas las cosas pasan a través del creador literario. En Palestina hay una particularidad, nosotros estamos empapados en sangre y lágrimas; estamos heridos, dañados en más de un lugar, y nos cuesta ver más allá de muerte, explosiones y demolición. Nosotros despertamos en cárceles y dormimos en barricadas. No escuchamos más que gritos después de la muerte y no vemos más que aviones sobrevolando y lanzando bombas. Tenemos que pasar la cuenta a la ocupación porque nos privó de la vida y nos impidió el meditar. Esto no significa que nosotros no pasamos un tiempo con nosotros mismos, de que nuestros corazones no palpiten, sientan y que no echemos de menos a nuestros seres queridos y que no tengamos esperanzas. Siempre va a reflejarse un punto de luz al interior de esta imagen oscura.

EM | ¿Con la literatura de que países has  encontrado puntos de interés en tu formación literaria?

A-MT | Yo leo mucho. Eso se fortaleció con mis estudios universitarios y en mi especialización, tanto en la maestría como en el doctorado. Yo debía leer mucho. La lectura de escritores internacionales  me abrió  la puerta de diferentes horizontes y conocí mundos nuevos. He aprendido y gozado mucho de esa lectura. Me he entregado con placer a la literatura europea, desde los clásicos hasta los contemporáneos. Derrida dice que el único ser humano que no ha sido influenciado por otro, fue Adán.

EM | Ahora va una pregunta de rápida asociación, si te pregunto por dos escritores que te gusten, ¿cuáles serían?

A-MT | Kazantzakis y Ovidio.

EM | ¿De los escritores árabes contemporáneos con quiénes has tenido real interés y acercamiento?

A-MT | Yo amo a Mahmud Darwish, me interesó sobremanera un poeta egipcio, que murió hace 20 años, que es Gamal Dumkol.

EM | Hay una literatura árabe escrita en francés, realizada en el Líbano, Tunicia o Argelia, ¿conoces  a esta literatura y sus escritores, y en caso afirmativo,  qué te parece el hecho de haber sido escrita en otro idioma al árabe?

A-MT | No tengo ningún conflicto con que hayan sido escritas en otro idioma. Los escritores árabes pueden escribir en lo que sientan como su idioma materno o literario, ha habido mucha gente no árabe que ha escrito en árabe, antigua y actualmente, y fueron y son muy creativos. Aunque es posible decir que una parte de estos escritores que escriben en otra lengua, lo realizan para satisfacer al lector occidental y por tanto, estos hacen énfasis en las partes negativas de la sociedad árabe y también escriben con el espíritu del escritor que no escribe en árabe, un poco con el espíritu de un orientalista. Sólo encontrar lo negativo. Esto lo digo de manera general, pero hay excepciones, como por ejemplo, Amin Maalouf.

EM | Recientemente, el 21 de agosto, se realizó en Ramalah un concierto de música dirigido por Daniel Baremboim, un músico israelí, con una orquesta conformada por músicos árabes, israelíes y españoles. ¿Qué puede traer este tipo de actos culturales en la actual realidad político y social, tiene importancia la realización de estos actos interculturales? 

A-MT | Yo creo que es un suceso muy importante y positivo y además,  para todo quien crea en la paz  y en los derechos humanos, tienen que reunirse y unir sus voces para poder formar un frente muy amplio, un frente de salvaguarda de los seres humanos y sus derechos, para así influir en sus sociedades y hacer real un equilibrio humano.

EM | ¿Tienes algún interés en la escritura israelí, escrita en hebreo, en caso afirmativo, que escritores o poetas te han  interesado?

A-MT | La literatura hebrea es una literatura muy particular y trabajan muy bien, además, es una literatura realmente innovadora. Hay excelentes escritores en la misma. Yo hablo y leo perfectamente el hebreo, pero lamentablemente encuentro que la imagen del palestino, del árabe en esta literatura hebrea, en general, es muy esquemática, discriminadora, presenta una visión extremadamente negativa. A mi entender, actualmente, la literatura que presenta la mayor ideologización política,  es la literatura hebrea. La mayor parte de los escritores hebreos se montan el caballo de la política, e incluso van más allá.

EM | ¿Y las excepciones?

A-MT | Existe el movimiento de los llamados nuevos historiadores, por un lado, pero hay pocos escritores que intentan presentar una imagen justa  hacia el pueblo palestino, estos son aún muy marginales, tienen pocas raíces. Es decir, que en el mejor de los casos estos escritores están demandando mejorías en las condiciones de vida del pueblo palestino, pero no plantean para los palestinos la autodeterminación, ni el derecho al retorno de los palestinos...

EM | Disculpa, pero creo tener un ejemplo, y sería el de David Grossman, el cual tiene una actitud sumamente crítica y en sus diferentes escritos se evidencia una clara voluntad y el ánimo en sus diálogos con los palestinos, de la necesidad de la autodeterminación.

A-MT | Yo he leído muy bien a David Grossman, él sin duda está adelantado en su discurso literario, escribió en su libro El tiempo amarillo, acerca de las horribles medidas políticas y militares israelíes. Pero,¿ acaso Grossman acepta poner fin a la colonización israelí en toda Cisjordania y que Jerusalén sea la capital del pueblo palestino, y acepta que los refugiados palestinos retornen a Palestina?

EM | Mi impresión es que sí, pero quizá sea un problema de lectura.

A-MT | Yo voy a estar muy contento que algo así suceda, yo voy a formar un frente con él, si él expresa esto que tú crees.

EM | Hay un último libro de Grossman que se titula, Desaparecidos presentes, en el cual es posible de observar un acercamiento muy grande a la necesidad de la autodeterminación palestina.

A-MT | Acercamiento es una cosa y llamar a hacerlo realidad, es también otra cosa. Nosotros no estamos demandando lo imposible, lo que planteamos es Cisjordania y la Franja de Gaza, lo cual es el 22 por ciento del territorio de la Palestina histórica. Sólo demandamos que nos entreguen ese 22 por ciento.
¿Acaso es mucho lo que demandamos?  

EM | ¿Tienes alguna impresión sobre la literatura latinoamericana, hay algún escritor que te haya gustado?

A-MT | Bueno, escritores reconocidos internacionalmente como Gabriel García Márquez y Octavio Paz. No puedo dejar de nombrar a Pablo Neruda. Por lo menos el  premio Nobel tiene una función: hacer posible la difusión masiva de la literatura de los escritores galardonados. 

EM | ¿Qué te sedujo de esos escritores?

A-MT | En lo que se refiere a Márquez, lo que me ha gustado es esa narración minuciosa, en la que  desarrolla los detalles ligados a la vida cotidiana,  logrando un minucioso retrato de su sociedad. Es un creador muy verdadero, muy arraigado a su sociedad. Como decimos entre nosotros: que él toma en su tinta la vida. Márquez es un reflejo literario de América Latina. A mí no me interesa un escritor latinoamericano que escriba como Saint John Pearse. La particularidad de García Márquez, la especificidades culturales pintadas por la su narrativa, dan como resultado la universalidad de su literatura.

EM | ¿Y  Octavio Paz?

A-MT | Es un gran poeta. Yo creo que contra se él se dio una injusticia, su reconocimiento internacional fue tardío, debido, es mi impresión, a la presión ejercida contra él por un amplio campo de la cultura, desde los 30 a los 60, que tenía estrechos nexos con el llamado campo del socialismo real. Es que hubo escritores que en un momento fueron convertidos en símbolos políticos literarios,  como Lorca o Jorge Amado, porque eran  miembros o simpatizantes del partido comunista. Hubieron escritores que eran más importantes literariamente, que no obtuvieron tanta fama, como aquellos que estaban ligados al stalinismo. Dentro del mismo espectro árabe, podemos nombrar a Adonis, a Amin Maalouf y al mismo Mahmud Darwish.

EM | ¿A qué edad comenzaste a escribir profesionalmente? Y cuál fue el tema de esa primera obra?

A-MT | En 1979 escribí un  poema sobre el cierre de la Universidad  por parte de las fuerzas de ocupación. Estaba estudiando el cuarto año de la carrera, y el poema fue difundido de forma masiva. Desde aquel  entonces he continuado escribiendo y publicando.

EM | Finalmente, cuál sería para ti un camino que pudiera llevar a una situación de paz estable, de coexistencia armónica e igualitaria entre palestinos e israelíes?

A-MT | Yo creo que esta pregunta hay que hacerla a los israelíes y a los diferentes representantes de las fuerzas de paz en el mundo. Nosotros estamos dispuestos a convivir con nuestros vecinos israelíes, a condición de que estemos en las mismas condiciones que ellos. Si tienen pasaporte, también quiero,  si su hijo va a la Universidad con tranquilidad y paz, quiero que mi hijo también vaya, si su hermana da a luz en un hospital, yo quiero que mi hermana también de a luz así, si tiene libertad de tránsito y puede moverse por donde quiera, yo también quiero lo mismo.

EM | Adentrémonos en el territorio de la utopía, ya existe el Estado Palestino, qué forma de relación política debería darse: una federación, un estado único con derechos autonómicos para las dos  entidades nacionales, ¿En fin, qué?

A-MT |  Cualquier forma es posible. Pero lo más importante es que podamos tener una relación humana, muy cooperativa, enriquecedora, bella y muy abierta. No hay odio a los judíos o a los israelíes. Lo que odiamos es la ocupación. Si esta ocupación termina podremos vivir en coexistencia. Somos vecinos, respiramos el mismo aire, enfrentamos las mismas brisas cálidas que tocan nuestros rostros y el mar es nuestro plato común. Nosotros nos metemos al mismo mar, y entonces,  ¿por qué no podemos ser amigos?



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Organização a cargo de Floriano Martins © 2016 ARC Edições
Artista convidado | Arturo Rivera (México, 1945)
Imagens © Acervo Resto do Mundo
Esta edição integra o projeto de séries especiais da Agulha Revista de Cultura, assim estruturado:

1 PRIMEIRA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
2 VIAGENS DO SURREALISMO, I
3 O RIO DA MEMÓRIA, I
4 VANGUARDAS NO SÉCULO XX
5 VOZES POÉTICAS
6 PROJETO EDITORIAL BANDA HISPÂNICA
7 VIAGENS DO SURREALISMO, II
8 O RIO DA MEMÓRIA, II
9 SEGUNDA ANTOLOGIA ARC FASE I (1999-2009)
10 AGULHA HISPÂNICA (2010-2011)

Agulha Revista de Cultura teve em sua primeira fase a coordenação editorial de Floriano Martins e Claudio Willer, tendo sido hospedada no portal Jornal de Poesia. No biênio 2010-2011 restringiu seu ambiente ao mundo de língua espanhola, sob o título de Agulha Hispânica, sob a coordenação editorial apenas de Floriano Martins. Desde 2012 retoma seu projeto original, desta vez sob a coordenação editorial de Floriano Martins e Márcio Simões.

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